El Huaso.

Un huasito, vestido tradicionalmente, con su chupalla, poncho, botas, espuelas, manto y todo, entra a un bar en Santiago y pide un pisco sour. Mientras se lo tomaba, una muchacha se sienta a su lado y después de pedir su trago se vuelve hacia el huaso y le pregunta:

-¿Es usted un huaso de verdad?

-Bueno, he pasado toda mi vida en una finca, ordeñando vacas, domando caballos, engordando chanchos, criando pollos, alambrando cercas, sembrando papas, y todos los días como cazuela, humitas, empanadas y tomo vino tinto con el almuerzo, tengo como cinco hijos y aquí me ve, tomándome mi guharifaifa. Por todo ello, creo que soy un huaso de verdad.

Después de un rato, el campesino le pregunta a la muchacha qué es ella, y ella responde:

-Yo soy lesbiana. Paso el día entero pensando en mujeres. Me despierto en la mañana pensando en mujeres, cuando estoy comiendo pienso en mujeres, bañándome pienso en mujeres, también viendo televisión. En fin, todo me hace pensar en mujeres.

El campesino queda pensativo y al rato, ella se marcha, así que el huaso ordena otro trago.

Una pareja se sienta a su lado y le preguntan:

-¿Es usted un huaso de verdad?

-¡Noooo! Yo siempre pensé que lo era. Pero recién ahora me acabo de dar cuenta que soy lesbiana.

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